Poco a poco, vamos llegando al final de la experiencia piloto del taller de “Jóvenes cuentistas” en el Colegio Areteia.
Ha sido un verdadero disfrute, pero me voy con muchas cosas para modificar de cara al año próximo y mucho para pensar.
A escribir se aprende escribiendo y eso implica constancia. Un taller quincenal es poco, pero también lo será un taller semanal si no hay un apoyo de las maestras y de todo el centro y se crean instancias y propuestas atractivas para que ellos se expresen.
Más allá de poner el énfasis en la coherencia y la cohesión (verdaderos tendones de Aquiles) , los niños no están acostumbrados a dejar volar la imaginación, a escribir lo que les plazca por más políticamente incorrecto que sea.
Hay mucho para hacer y muchas ganas de hacerlo. Y ellos, como verán más abajo, tienen un gran potencial. Estos son algunos de los finales uqe escribieron para el cuento “El hombrecito vestido de gris” de Fernando Alonso.