Recién terminada la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Montevideo, me siento en la obligación casi que moral de una valoración y, claro está, una autocrítica como mediadora de lectura.
No se dispone de números todavía, pero mi percepción, y la de muchos que participaron de la Feria, es que no tiene el impacto que debería tener, como sí sucede en otros países del mundo.Y no hablo de un impacto comercial, sino de participación, de movilizar a la comunidad lectora y a la que potencialmente puede llegar a serlo.
Ahí viene el discurso autocomplaciente de: “bueno, somos un país chiquito”, o aún peor: “bueno, el tiempo no acompañó, el apagón, la Copa América”. ¿No es una forma fácil de consolarnos y de no asumir nuestra parte de responsabilidad?
El Plan Nacional de Lectura organizó un encuentro de booktubers donde a lo sumo había 20 personas en el salón Dorado, contando padres y amigos de los participantes. ¿Ni siquiera esos jóvenes generadores de opinión fueron capaces de concentrar a más gente? ¿Por qué no estaban todos los booktubers en la sala? ¿Dónde están las más de 3400 personas que siguen la página del Plan de Lectura?
Asimismo, se organizó un encuentro de escritores con nombres como Sebastián Pedrozo, Lía Shenck, Gabriela Armand Ugon, Horacio Cavallo, y casi había el mismo número de autores que de público.
¿Qué está pasando? ¿No interesan las propuestas? ¿No se comunica bien y, por tanto , no se llega al público objetivo? Es cierto que las actividades no tuvieron toda la difusión deseada. El programa se publicó pocos días antes de empezar la Feria y a quienes les llegó no parecieron estar muy motivados. Pero seguro que luego no faltará la queja de que no hay actividades para niños y jóvenes.
No tengo respuestas, pero sí creo que es un tema a debatir, no con ánimo de hacer a nadie culpable ni de generar polémica, sino de mejorar. Estoy convencida de que, como en otros ámbitos de la vida cultural y educativa del país, trabajar en equipo por un objetivo común y poner al mando a personas capaces de liderar, que las hay y a veces quedan en la sombra, nos ayudaría mucho.
La finalidad no es mostrar qué chacra tiene más y mejores caballos, sino que los jinetes puedan galopar.