
Hacía tiempo que una novela no me atrapaba de tal modo que me la leyera en dos días. “Piedra, papel o tijera” de Inés Garland, publicado por Criatura editora, es una obra que nos habla de muchos temas: del tránsito al mundo adulto y de la pérdida de la inocencia, de las desigualdades sociales, del primer amor y de la dictadura argentina. Es un libro que te remueve porque te devuelve a tu adolescencia y te despierta una sensación que se bandea entre el alivio y la nostalgia.
Cuenta la propia autora que fue una coincidencia de la vida la que la llevó a convertir lo que iba a ser un cuento en una novela; una suerte para sus lectores.
Escrita en primera persona, nos mete en la piel de Alma, una chica de clase alta que pasa sus fines de semana con sus amigos, Carmen y Marito, que viven en un contexto de pobreza y de compromiso político. La realidad los irá distanciando pero dejarán en Alma una huella imborrable.
Un libro en el que cuesta cruzar el puente (los primeros dos capítulos me llevaron una semana), pero una vez dentro, no quieres salir, como esa isla donde se desarrolla gran parte de la trama.