El niño que se cayó en un agujero
Ayer leía en un artículo escrito por Elvira Lindo que los libros no muerden, defendiendo el derecho de los niños a leer aquellos libros que los adultos consideran transgresores. Se podría decir que algunos libros de Sierra i Fabra lo son en el sentido de que cuestionan el mundo adulto, ese mundo que muchas veces no sabe escuchar a los niños.
Esta es la historia de Marc, un niño que un día, sin saber por qué, es engullido de cintura para abajo por un agujero en medio de una calle solitaria. Por ella transitan distintos personajes (madres con niños, turitas, un cura, un militar…), pero nadie le presta atención y quienes lo hacen lo consideran un gamberro antisistema. Solo un perro y un sin casa lo escucharán y lo entenderán, pero la respuesta para poder salir de su encierro, solo él la puede encontrar.
Un libro que nos muerde la conciencia de los adultos y del que hay múltiples fragmentos a rescatar, pero me quedo con este discurso del hombre de la calle que, como él mismo dice, es pobre pero no tonto:
«Nadie quiere ver a un niño caído en un agujero. Les molesta. Se sienten mal. Piensa en esas personas que ven las desgracias en la televisión. Comen, cenan, hablan, y cuando hay algo trágico cambian el canal con sólo un dedo. ¡Un dedo! Así de fácil. Un dedo y la realidad a hacer puñetas.»
No se lo pierdan y si alguien lo lee, me gustaría saber su opinión.
Para los que están en Uruguay, lo pueden sacar en préstamo en el Centro Cultural de España.