Nuevamente un libro álbum con mayúsculas, de esos donde ilustración y texto van de la mano, caminando, sin dejar de mirarse. “Papá Oso”, de la editorial A buen paso, es el primer álbum ilustrado de la mexicana Cecilia Eudave, ilustrado por el español Jacobo Muñiz.
La protagonista es Ana, una niña cuyo padre, que antes era “normal” y la invitaba al cine y a comer helados, se ha convertido en un oso feroz. ¿Y quién tiene la culpa de esta transformación que hace que de la boca de su papá solo salgan gruñidos? El Señor Estrés. Cuando Ana lo descubre, ni corta ni perezosa, se decide a buscarlo, cueste lo que cueste. Lo acechará por todos lados, le tenderá trampas, pero nada dará resultado hasta que, un día, ella también caiga presa del malvado estrés y, para sorpresa de todos, se sienta dichosa porque por fin ha dado con su enemigo y ha recuperado, aunque sea un poco, a su padre “normal”.
Un texto que, con un lenguaje directo pero cargado de imágenes, nos conmueve y, sobre todo, remueve. El narrador es un niño que nos cuenta la historia de su amiga en tercera persona y que, por momentos, se dirige a nosotros. No descubriremos hasta el final que se trata del niño que nos sonríe desde la portada.
Las ilustraciones, en lápiz y collage sobre fondos blancos, también son exquisitas. Del padre oso nunca vemos el rostro, solo la silueta en sombra de una fiera y los gruñidos saliendo de su boca en forma de palabras desordenadas sin ningún sentido. De los que sí vemos sus expresiones son de Ana y Pipo, su pequeño perro, que nos hacen sentir el estrés de vivir con una fiera que puede romper en ira en el momento menos esperado.
Las imágenes están llenas de guiños y detalles que nos sorprenden con cada nueva lectura como los mensajes que se esconden en el vestido de la mamá, o todas las referencias intertextuales que son un juego para el lector: retratos de artistas como Van Gogh o Durero o la fotografìa de un padre estrella de cine bien parecido a Laurence Olivier.
Un libro que seguro no deja a nadie indiferente y que, al menos en casa, ha sido una excusa para conversar y cuestionarnos sobre estos tiempos “modernos”.