Y los sueños…no son solo sueños. Así lo cree Josefina, una vaca que podría ser como cualquier otra, pero que no lo es, porque tiene un sueño que cumplir y la fuerza suficiente para hacerlo realidad. Héctor, su compañero de vida y padre de sus hijos, es lo que se diría un toro tradicional que cree que la función de una vaca no es más que dar leche y cuidar de sus terneros. Y, por eso, el sueño de Josefina lo enoja, y mucho.
Aunque intenta hacerla desistir, no lo conseguirá porque Josefina tiene muy claro lo que quiere. Ella quiere a Héctor y a sus terneros, pero sabe que primero que nada se tiene que querer a ella y, para eso, necesita sentirse realizada aunque, en su caso, la aventura sea bastante arriesgada porque Josefina quiere ser astronauta. No sabemos si lo habría conseguido sin el apoyo de sus amigos y vecinos, pero en cualquier caso, lo hizo y es ese el mensaje que nos llega.
El texto de Karina Macadar está lleno de toques de humor y estructuras que se repiten y hacen las delicias de los más pequeños que las acaban coreando como si se tratara de una canción. Las ilustraciones de Valentina Echeverría, llenas de colorido, le aportan frescura y diversión a la historia.
Y acabo esta reseña con la máxima que cierra los libros de esta colección, Luna Nueva, de la que también formo parte: “Aquí acaba este libro que tú has leído, el libro que ya eres”. Así que aquí me quedo con Josefina, pensando si la acompañaré en su próximo viaje.