No sé cuántos de ustedes habrán visto esa obra maestra del cine llamada Cinema Paradiso. Es escuchar su música en esa maravillosa escena final, sin siquiera haber visto la película, y los ojos se me empiezan a llenar de lágrimas.
Lo mismo me sucede con este emotivo álbum ilustrado llamado “Mi abuelo pirata”, escrito por Laia Massons e ilustrado por Zuzanna Celej.

Llego a la imagen en que Roger, el nieto, abraza al abuelo, y empiezo a sentir cómo las lágrimas entibian mis ojos, y extraño al abuelo que ya no tengo.
Este cuento nos habla, con una gran dosis de sensibilidad, de la relación de dos nietos y su abuelo, un gran contador de historias, y de cómo deben enfrentarse a un momento en la vida en que los roles cambian y van a tener que ser ellos quienes le cuenten a él.
En una paleta en tonos ocres, grises y azules, la ilustradora juega con esos dos mundos: el real y el imaginado. El lugar de encuentro de los personajes es el apacible banco del parque, y debajo transcurre un mundo imaginario de sirenas, medusas, pulpos y barcos pirata.
El trazo limpio y la calidez de la paleta de Zuzanna Celej, la misma que ilustró El mapa de los buenos momentos, nos transmite la paz que necesita esta historia.
Un álbum para compartir nietos, abuelos y padres, sin miedo a enfrentarnos a nuestros sentimientos. Porque, como dice Andruetto, los buenos libros nunca son cómodos.